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Moda

Iris van Herpen, la diseñadora de lo imposible: "Mis clientes compran un vestido como si fuese una obra de arte, algo que atesorarás durante el resto de tu vida"

La creadora neerlandesa Iris van Herpen trasciende las fronteras de la moda. Sus prendas son obras de arte fruto de una libertad creativa absoluta que pone a prueba los límites de la costura. Algunas de ellas nacieron en el mundo onírico, nos cuenta en su atelier de Ámsterdam.

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Iris van Herpen en su atelier de Ámsterdam.
Iris van Herpen en su atelier de Ámsterdam.

Aparece tras una puerta de su estudio de Ámsterdam y por su altura y movimientos, también por el largo kimono que ha elegido para la entrevista, Iris van Herpen (Wamel, Países Bajos, 1984) parece recién llegada de Rivendel, el país de los elfos. En el atelier, situado en un edificio de ladrillo al norte de la ciudad, miembros de su equipo trabajan en labores que darán forma a la próxima colección, que se presentará en París en julio. La última se vio a principios de 2024. La diseñadora neerlandesa parece haberse liberado del corsé del calendario de la moda y también de la forma de presentar la Alta Costura. La última vez, de hecho, la sacó de la pasarela, la tituló Hybrid y la mostró, como en una exposición de obras de arte, con las modelos subidas a las paredes.

Desde que creó su marca en 2007, tras pasar por la Universidad de Arnhem y el atelier de Alexander McQueen en Londres, Van Herpen se ha entregado a un viaje de exploración creativa, cultural y tecnológica (su uso de la impresión 3D en el diseño de moda o su colaboración con científicos son inseparables de su idiosincrasia), lo que le ha valido una identidad inconfundible y un lugar sin competencia en el fashion system, la ha elevado a los museos (el Museo de Artes Decorativas de París le dedicó el año pasado una gran retrospectiva) y la ha convertido en creadora clave para artistas como Lady Gaga. Este mes mostrará su trabajo una vez más en una exposición, en Singapur. Después, en otoño, en Ámsterdam. Lo que empezó como una marca de ropa al uso tiene ya plaza en el mundo del arte.

Una pieza de la colección 'Capriole'  presentada en 2011.
Una pieza de la colección 'Capriole' presentada en 2011.FOTO: Gentileza IVH

Mi hermana, Teresa Nieto, que ha sido una gran bailarina y coreógrafa, me dijo ayer: "Dile a Iris van Herpen que me fascina su trabajo, y no sólo por el aspecto estético, sino porque su ropa baila".
Qué bonito.
Le dije que tú habías sido bailarina, ¿verdad?
Sí, he hecho ballet clásico durante mucho tiempo y eso ha influido en gran medida en mi proceso de diseño. Porque cuando estoy creando siempre tengo la mente en eso y, de hecho, lo testo. Me pongo la prenda o se la pongo a otra persona y veo cómo el vestido responde al cuerpo. Capturar la transformación que sufre la prenda en contacto con el cuerpo es importante para mí. En definitiva, se trata de una entidad viva. Está en diálogo con quien eres, con la forma en que te mueves, con lo que haces.
¿Cuál es el principal cambio que, en todos estos años, ha sufrido tu visión de la moda?
Al principio estaba muy centrada en la artesanía tradicional dentro de la Alta Costura. Lo hacía todo a mano con mi equipo. Era muy experimental, pero no multidisciplinar como ahora. Después empecé a colaborar con arquitectos, más tarde con artistas, biólogos y otros científicos. Así que ha habido una gran evolución en la investigación y desarrollo de mis colecciones, a la que también ha colaborado la incorporación de nuevas tecnologías y materiales.
Ese tipo de colaboraciones con instituciones y científicos, ¿cómo empiezan y cómo se desarrollan?
Yo investigo mucho; descubro un instituto, a un arquitecto o a un artista que me inspiran y contacto con ellos para ofrecerles un intercambio de ideas. Si surge la chispa... ya sabes lo que significa. Es lo mismo que con la amistad. Si tienes una conversación increíble e inspiradora, a menudo surge de ahí una relación. Esas primeras conversaciones son muy abiertas, simplemente para descubrir en qué está trabajando el otro y ver si encaja con mi forma de trabajar. Dado que la moda es más rápida que la investigación científica, he aprendido a avanzar en dos vías paralelas; una se ocupa de lo más inmediato (mi siguiente colección, por ejemplo) y otra, de ese tipo de proyectos a largo plazo.
Colaboras con gente que nunca ha estado relacionada con la moda. Debe de ser toda una experiencia para ellos...
Sí. Y creo que ahí está la belleza de lo que hacemos, que pone el mundo de la Alta Costura en conexión con el arte, la ciencia, la arquitectura. Conocer el mundo de los demás, su forma de trabajar, es siempre fascinante.
Tú te has salido de la dinámica estacional de la moda. Lo último que presentaste fue para otoño-invierno 2024. No has presentado primavera-verano 2025...
Nunca me he basado en las estaciones, porque éstas implican que puedes usar esto en un momento determinado y no en otro, y eso no es aplicable a mi trabajo. Lo que hago está diseñado para ser atemporal. Mis clientes adquieren una pieza como si fuese una obra de arte. Es algo que atesoras durante el resto de tu vida y que usarás en las ocasiones especiales. Mientras una obra de arte adquiere más valor con el tiempo, el sistema de la moda está centrado en lo reciente. Sientes la necesidad de tener algo que acaba de salir al mercado y, de repente, su valor desaparece. Pero esto no tiene sentido, especialmente en la Alta Costura. Creo que cuanto más tiempo lleva una obra de Alta Costura en este planeta, más valor gana. Cuando los museos adquieren mis obras nunca son de la última colección. Observan el conjunto y eligen una que ha supuesto un momento importante en mi carrera y que transmite bien mi visión. Nuestros clientes tampoco tienen mentalidad de «quiero esa última pieza». Se sienten más inspirados por una u otra al margen de cuándo la diseñé.
Una de las propuestas de la colección 'Sensory Seas' de 2020.
Una de las propuestas de la colección 'Sensory Seas' de 2020.FOTO: Gentileza IVH

Tienta pensar, llegados aquí, que Iris van Herpen está fuera del sistema de la moda. Ella lo niega. Asegura que está dentro de él desde una decisión totalmente consciente. Pero al mismo tiempo, remarca, para ella es prioritario conservar su libertad, algo con lo que el fashion system tiene una tolerancia relativa. Ese estar dentro y fuera a la vez lo ha logrado conjugando dos fórmulas: "Hago los desfiles, las sesiones fotográficas para editoriales de moda y los vestidos para vips. Así estoy encarnada en el mundo de la moda. Pero al mismo tiempo mi libertad creativa es lo más valioso que tengo y debo protegerla, porque lo que hago es una forma de arte".

¿Nadie ha intentado nunca cambiarte, comprarte, hacerte más comercial?
Sí. Pero con los años he aprendido qué es lo más importante para mí: proteger mi ADN y mi libertad creativa. Porque conocemos muchos ejemplos en la industria de profesionales que la han perdido y cómo eso puede destruirte. Por eso he sido muy tenaz en mis decisiones y estoy feliz de haber protegido esa libertad. Porque es fácil llegar a una situación en la que no crees para ti ni para la gente que admira tu trabajo, sino para tu jefe. Es cierto que la libertad creativa total nunca es posible, porque la parte financiera tiene mucho peso. Y no tener la suficiente capacidad financiera también es una limitación creativa. Pero es mucho peor que una empresa te diga qué puedes y qué no puedes hacer.
¿Cómo es no tener competencia? Porque nadie te copia en la industria. Tengo la impresión de que no podrían aunque lo intentasen.
Hace unos años hicimos una prueba. Le dimos una de nuestras piezas de Alta Costura a un taller famoso de París y les preguntamos si podían reproducirla. Fue una especie de test para comprobar si era posible copiarnos teniendo la pieza original. Y no pudieron. La hicieron, y se parecía un poco, pero no se acercaba a la silueta ni a nuestra calidad. A ver: invierto mucho tiempo, esfuerzo y amor en crear mis propios materiales, mis propias técnicas, y no es fácil. Para mí es muy importante lo que llamo mi ADN visual, lo que hace que la gente pueda reconocer un Iris van Herpen en cualquier situación. Y espero que más de eso vuelva a la moda, porque antes el trabajo de las maisons era reconocible, pero como hoy los directores creativos cambian tanto, se vuelve mucho más difícil identificar una identidad de marca.
¿Cuántos proyectos has tenido que abandonar porque era imposible hacerlos realidad?
Muchos. A menudo tengo ideas que están al borde de lo imposible. A veces pienso que lo que busco debe ser posible ahora. Después simplemente no es así y tal vez hagan falta otros 10 años para que se haga realidad. Esa es una de las partes más frustrantes de experimentar e innovar. La experimentación y la innovación implican mucho ensayo y error. Tenemos muchos errores en el proceso, pero son necesarios. Es la única forma de dar con algo verdaderamente nuevo.
Vestido de la colección 'Shift Souls' con la que desfiló en París en 2018.
Vestido de la colección 'Shift Souls' con la que desfiló en París en 2018.FOTO: Gentileza IVH

No hay artículo sobre Iris van Herpen donde no aparezca la palabra futurismo. 'Iris van Herpen: el futuro es ahora'; 'Iris van Herpen imprimió el futuro de la moda'; 'Iris van Herpen, diseñadora futurista...' son algunos de los títulos que muestran lo hondo de ese vínculo en la imagen que los medios tienen de la diseñadora. Pero ella, explica, no concibe el futuro sin el pasado, que le interesa tanto como aquel. Lo que diseña la neerlandesa no es una exhibición tecnológica sin más. De hecho, explica, "la tecnología es sólo una herramienta. Nunca la inspiración o el objetivo". Y aunque pueda parecer paradójico, la razón por la que esa tecnología está tan presente en su trabajo es la naturaleza. "Cada herramienta, sea una artesanía tradicional o una nueva tecnología, tiene sus limitaciones. Si sólo usara la artesanía tradicional no podría acercarme a las texturas de la naturaleza que me inspiran. Lo mismo ocurriría si sólo usara impresoras 3D y cortadoras láser, ya que no tendría una paleta de colores tan rica como la que tengo. Por eso combino las herramientas que me permiten tener la máxima libertad creativa posible. Cuanto más las domino, más me acerco a la visión que tengo en mente".

Una visión donde las emociones importan.
Lo que busco con mis obras es crear una relación muy personal y emocional con la persona que las llevará o las verá. Con una exposición, un espectáculo o una prueba de vestido, el mayor cumplido que me pueden hacer es que alguien llore; la máxima emoción que puedes provocar. Por suerte sucede a menudo; la gente conecta con la obra de una forma emocional, porque es transformadora.
Hemos hablado de cómo es tu colaboración con científicos. ¿Cómo es hacerlo con una celebrity como Lady Gaga? ¿Cómo funciona?
A menudo, con los proyectos vip el tiempo es escaso y no es posible hacer pruebas en persona, porque alguien como Lady Gaga viaja mucho. Así que le enviamos la prueba. A veces alguien del taller viaja para hacerla o ella tiene un estilista que puede ayudarla.
La prenda perseguirá a Lady Gaga por el mundo...
Sí, y así sabemos exactamente qué hacer en términos de ajuste. Empezamos a confeccionar la prenda real y, como somos tan expertos en la confección a medida, la prenda simplemente va a ella, lista para su actuación.
Y en el caso de las ideas... ¿las celebs tienen la suya o vienen a ti precisamente porque quieren tus ideas?
Ambas cosas. Depende del tipo de proyecto en que estén trabajando y en qué momento de su propio proceso creativo se encuentren. He colaborado con celebrities que han llegado con la mente completamente abierta y sólo querían ideas, y empezamos a partir de ahí. O miraban mi archivo y decían: «Me encantan esta pieza y esta. ¿Puedes pensar en algo nuevo?». A veces, en cambio, son muy específicas, porque la pieza tiene que ser parte de un proyecto, como Beyoncé y su gira Renaissance.
¿Son colaboraciones fáciles?
Bueno, el tiempo es un tema muy difícil. Y no sé cómo lo hacen algunos atelieres, que pueden hacer un vestido de Alta Costura, no sé, en dos o tres semanas.
¿Dos semanas?
No sé. Eso dicen. A menudo las vips tienen muy poco tiempo. Por eso a más de la mitad de las peticiones le tenemos que decir: "Lo sentimos, nos encantaría trabajar contigo, pero no podemos hacerlo tan rápido". Por ejemplo, creo que el vestido de Beyoncé fueron 800 horas. Pero, por lo general, un look lleva unos tres meses. Los vestidos de novia pueden llevar seis o siete.
Una mujer trabaja en una pieza de ropa en el taller de Iris van Herpen.
Una mujer trabaja en una pieza de ropa en el taller de Iris van Herpen.

No puedo cerrar esta entrevista sin preguntarte: ¿alguna de tus ideas apareció en un sueño?
En realidad, toda una colección, Lucid [2016]. En esa época yo tenía muchos sueños lúcidos. ¿Te suena?
En ellos eres consciente de estar soñando. Para diseñar no suelo hacer bocetos, sino que trabajo sobre el maniquí, a menudo por la noche. Normalmente me voy a la cama y sigo al día siguiente. Pero coincidió que en ese período estaba teniendo sueños lúcidos. Así que pude seguir diseñando mientras dormía. Al día siguiente aplicaba lo soñado al maniquí. Fueron unos meses. Luego dejó de ocurrir.