Mientras el futbol acapara los reflectores y los apoyos; en otros deportes se alcanza la gloria a base de garra y esfuerzo. Los tres peleadores mexicanos de la UFC: Brandon Moreno “The Assassin Baby”, Yair “El Pantera” Rodríguez y Alexa Grasso, son la prueba. Todos ellos atletas que han hecho historia al convertirse en los primeros tres campeones dentro de dicho deporte nacidos en la República Mexicana. Aquí no aplica el “ya merito”, ni mucho menos el “jugamos como nunca y perdimos como siempre”; pues detrás de cada una de sus historias hay lágrimas, sudor, esfuerzo y sacrificio, lo que las convierte en inspiración pura.
Reunimos a la tercia que ha puesto el nombre de nuestro país en alto para que nos revelaran cuál es la clave detrás del éxito, quiénes son sus principales fuentes de inspiración y qué representa para ellos alcanzar la máxima gloria dentro del deporte que practican.
Alexa Grasso: La campeona en espera de un alias
Alexa Grasso ha demostrado ser una de las mujeres más duras cuando hablamos de artes marciales mixtas. Lo avala no sólo su título como Campeona de Peso Mosca en la Ultimate Fighting Championship (UFC), sino también con sus gestos mientras se encamina a la jaula y en su modo de luchar dentro del octágono. Cuando nos sentamos a charlar, esa mirada felina da paso a una chica dulce y seria, convencida de que su título dentro de la UFC es el vehículo ideal para llevar un mensaje de empoderamiento femenino.
La historia profesional de Alexa Grasso es de esas que dan inicio en la infancia. Nacida en Guadalajara, Jalisco, desde pequeña fue consciente de que quería hacer del deporte su estilo de vida. “Siempre veía las Olimpiadas y me daban ganas de participar. ¿De qué? No sabía, pero tenía ese sentimiento de querer ser atleta para representar a México y traer medallas. Veía todos los deportes: tiro con arco, tenis, basquetbol, futbol, natación, atletismo, gimnasia. También comencé a practicar varios de ellos”, confiesa.
En casa, sin embargo, tenía acceso de primera mano al deporte que se convertiría en su gran pasión. Su tío le enseñó y entrenó en las artes marciales mixtas; se convirtió en su tutor y guía, mientras que su papá se dedicó a mostrarle todos los secretos del boxeo de sombra. Con esa afición al deporte que corría en su interior, Grasso pronto conectó con el combate.
La ferocidad que mostraba en cada pelea le llevó rápidamente a ganar un torneo nacional de jiu-jitsu, antes de embarcarse en su primer compromiso con las artes marciales mixtas, en diciembre de 2012. Al tiempo que Alexa incursionaba en escenarios de altura internacional: primero en Invicta FC y más tarde en la UFC, las victorias fueron cayendo una tras otra.
Hoy, los números reflejan esa casta: 16 victorias y 3 derrotas, que la convierten en la primera campeona mexicana en la Ultimate Fighting Championship —la primera de entre todos los peleadores mexicanos de la UFC—. Además, cuenta con cuatro victorias por nocaut, dos por sumisión y una racha de cinco triunfos consecutivos. “El campeonato es algo muy importante para mí porque llevo muchísimos años trabajando para alcanzar este objetivo y, ahora que lo cumplí, presiento que podré llegar a más mujeres en el mundo. Esa es una de mis metas: ser inspiración de muchas”, revela a GQ México.
Hablando del género, Alexa está convencida de que aún falta mucho camino por recorrer en diferentes aspectos de la sociedad, pero también agradece que en la UFC se le está dando impulso a las mujeres para que puedan alcanzar una mayor proyección. “El género femenino incursionó mucho tiempo después en la Ultimate Fighting Championship. Y así ha ocurrido prácticamente con todo: en el trabajo, el derecho a votar, el poder elegir sobre nuestro cuerpo. En las artes marciales mixtas ahí vamos también, pero me siento muy afortunada de trabajar en la UFC porque ahora estamos viendo que se da mucho más impulso a aquellas mujeres que somos estelares. El hecho de ver que a las personas les llame la atención, les guste y nos apoyen, es algo increíble”.
Aún con todos estos avances y proyección, la tapatía también está consciente de que falta mucho apoyo dentro del deporte que practica: “Me gustaría que los recursos que se destinan a un solo lado pudieran ser repartidos entre muchas más disciplinas. Somos miles los atletas que todos los días dejamos el corazón en el deporte y que estamos expuestos a muchas lesiones”.
Sin embargo, la filosofía de Alexa es no quedarse sentada esperando que las cosas sucedan. “Confiar sólo en que alguien te va a ayudar no está bien. Eso nunca va a llegar, ¿estás de acuerdo? Tienes que hacerlo tú, empezar y darte a conocer… Uno no puede llegar así nada más a decir: ‘¡Ay! apóyenme’. No, uno debe tener iniciativa. Nada es sencillo en esta vida… ¡Tienes que chingarle!”, comparte Alexa Grasso y continúa: “Cuando empecé, nadie me apoyaba. Incluso, ahora, yo sigo pagando los campamentos; soy yo quien paga mi preparación y eso me da mucho orgullo. Entonces, la clave está en que se animen, lo intenten, dejen todo, trabajen duro y, al final, las oportunidades irán llegando, poco a poco”.
Nunca dejar de estudiar es otro de los consejos que da la campeona. Asegura que una lesión te puede alejar por completo del camino deportivo y es entonces que tendrás que hacerle frente a una vida para la que, quizá, nunca te preparaste. “Mi mamá siempre me dijo: ‘por favor, concéntrate en la escuela y avanza lo más que puedas. Y creo que es algo súper importante: a veces, uno abandona todo por un sueño deportivo y pueden ocurrir accidentes”.
Profeta en su tierra, Alexa cursó estudios en Cultura Física y Deporte; sin embargo, a un año de terminar la Universidad tuvo que renunciar al programa para volcarse hacia las artes marciales mixtas. A pesar de ello, no quita el dedo del renglón: hoy, tiene como objetivo estudiar la Licenciatura en Comunicación, para así poder ser una profesionista más preparada en su faceta como comentarista.
Inspiración de muchas niñas y niños, Grasso comparte que en su vida han sido varias las mujeres a las que considera sus heroínas: “Si hablamos del deporte, diría que una de las figuras que admiro es Jackie Nava, una boxeadora muy importante para el país. Además su apodo es hermoso: la Princesa Azteca. Y en mi vida, la inspiración la encuentro en las mujeres de mi familia: mi abuela, mi mamá y mi tía. Como todas las mexicanas, ellas son mujeres fuertes que me han enseñado a ser quien soy hoy”.
Y hablando de apelativos, ¿por qué Alexa Grasso aún no cuenta con un sobrenombre? “La verdad es que no he encontrado uno que me guste y las personas tampoco me han puesto uno. Creo que es más bonito cuando alguien te ‘bautiza’”, responde.
Con el campeonato a cuestas, todo el camino que ha recorrido y esos récords que ha marcado, la tapatía asegura que, dentro del deporte, la salud mental “es algo relevante. Yo tengo una coach mental. Desde hace cinco peleas trabajo con ella y he ganado todas. Sí, es un área que a lo mejor no se toma mucho en cuenta, pero es extremadamente importante”.
Como ella misma asegura, sus peleas sobre el octágono y la conquista de campeonatos se ha convertido en el escaparate para mandar un mensaje de empoderamiento a todas las niñas que desde sus casas siguen sus combates. Y para todas ellas, tiene un mensaje final: “Nunca se queden con las ganas de nada. Pregunten todo, resuelvan sus inquietudes y no dejen de investigar; lean, nutran su conocimiento y aprendan a ser fuertes. Yo les sugiero siempre que entrenen artes marciales mixtas, porque es importante que sean fuertes de mente, corazón y cuerpo. Pueden tener la vida que tanto sueñan y desean si trabajan duro para conseguirla”.
Brandon “The Assassin Baby” Moreno: Abriendo caminos
La noche del 12 de junio de 2021 fue inolvidable para todos los seguidores mexicanos de las artes marciales mixtas. Brandon hacía historia: se convertía en el primer peleador nacional en ganar un campeonato de la UFC, luego de someter al brasileño Deiveson Figueiredo en el tercer round, un título que el nacido en Tijuana reafirmó hace unos meses, también frente a Figueiredo.
“The Assassin Baby”, como es conocido, llega puntual a la cita, con esa personalidad que lo caracteriza y una sonrisa dibujada en su rostro. Su alegría y energía se contagia. “Ahorita todo es muy bonito. Estamos en una producción, me están maquillando, me van a tomar fotos increíbles y me están entrevistando. Todo es muy chido. Es la parte que empiezas a disfrutar luego de todo el trabajo, pero el asunto es, ¿qué pasó antes? ¿Cómo le hiciste para llegar hasta aquí?”, reflexiona el campeón, apenas comenzamos nuestra charla.
Brandon se refiere al hecho de que su camino hacia el oro y la gloria ha estado lleno de sacrificios, carencias y obstáculos. Para entender mejor, debemos retroceder en el tiempo, hasta 2007, cuando Brandon Moreno —con apenas 14 años— debutó de manera no profesional en una pelea que aún conserva en su memoria: “Recuerdo que era en una especie de salón de fiestas o algo así. Me encontraba sentado en una silla de plástico, al fondo, solo. No quería que nadie me hablara y estaba muerto de miedo”, revela y suelta una carcajada. “Pero ahorita, ya con experiencia, lo puedo manejar mucho mejor”.
Su carrera amateur duró cerca de tres años: “Me empezó a ir bien y gané experiencia, pero cada vez era más complicado conseguir a un competidor de mi categoría y me tachaban de ‘cachirul’. Entonces, le dije a mi entrenador que era momento de debutar profesionalmente”. La oportunidad llegó tras cumplir 17 años. Mientras el tijuanense caminaba hacia la jaula, el presentador de la pelea lo introdujo como Brandon “The Assassin Baby” Moreno. Aquella noche, además de ganar la pelea, se llevó a casa el apodo con el que hoy en día se le conoce en México y el mundo.
En lo personal, es coleccionista de Legos y Funko, además de amante de la buena comida. “Aún no existe un Funko inspirado en mí. Estamos trabajando en ello, pero la marca no se ha puesto las pilas... ¡hay que presionarlos para que la hagan! En casa, al momento de cocinar, los postres son mi especialidad. Cuando voy a Tijuana, mi platillo favorito son los tacos. Me gustan de carne asada, adobada y tripa, también me encantan los de cabeza… sin albur”. De hecho, por aquellos años, Brandon también se planteó la idea de hacer una carrera universitaria para convertirse en chef. “Quería estudiar gastronomía. Pero una de las cosas que influyó en mi decisión de no hacerlo, la neta, fue que no me gustaba tanto la escuela. Además de que la carrera es muy cara. Si se lo pedía a mis papás, con mucho esfuerzo me hubieran pagado los estudios. Pero al final dije que no, no quería que hicieran todo ese sacrificio económico”. Es así que Moreno ingresó a un programa de desarrollo que le permitió impulsar su carrera como peleador.
Como todo inicio, el despegue fue complicado. “Hubo un ‘tiempito’, quizá dos o tres años, si no me equivoco, en el que tenía que trabajar y entrenar. En ese entonces ya estaba casado y nuestra primera niña estaba recién nacida, así que debía conseguir dinero de donde fuera, porque las peleas no me daban ningún ingreso. Me levantaba temprano, desayunaba, preparaba mis cosas y me iba a entrenar; regresaba, comía, trabajaba, me iba de nuevo al gimnasio y volvía para terminar el trabajo”, recuerda. En aquella temporada, trabajaba en el negocio familiar de piñatas.
Luego de vivir estos grandes sacrificios, “The Assassin Baby” tiene un mensaje para todos aquellos padres con hijos que quieren dedicarse al deporte: “Si su pequeño o pequeña les dice un día que quiere hacer algo, apóyenlo. Yo empecé así. Al principio, ellos no lo tomaban en serio, no pensaban que me fuera a dedicar a esto; pero, conforme fue pasando el tiempo, fueron viendo que más me enamoraba de esta disciplina. Ojalá este consejo no lo echen en saco roto”.
Gran admirador de Julio César Chávez —“para mí, el gran campeón de México”—, hoy, Brandon Moreno cuenta con un récord digno de destacar: no sólo es el primer gran monarca de la UFC nacido en nuestro país sino que tiene 11 victorias por sumisión y cuatro por nocaut. Además, ha ganado el bono de Pelea de la Noche en tres ocasiones y tres veces se ha llevado el título de Performance de la Noche. Pero también es consciente de que la Ultimate Fightning Championship es un deporte nuevo en México y a esto le atribuye la falta de apoyo. “Hemos avanzado muchísimo. La UFC llegó a nuestro país en 2014. Después de que gané el campeonato en 2021, y ahora con los triunfos de Yair y Alexa, el panorama pinta mejor para los próximos años. Estamos haciendo cosas muy grandes y, desde luego, me encantaría que diferentes empresas voltearan a ver más a los deportistas para promocionar sus productos. Entiendo que ellos lo que buscan son números así que, ¿por qué no intentarlo? Además, somos lo suficientemente guapos”, afirma, al tiempo que suelta una sonora carcajada.
Considera que la clave del éxito es una conjunción de muchos elementos: “Es trabajar duro, definitivamente. Pero también ser disciplinado, entender lo que vas a tener que sacrificar, ser muy inteligente en la toma de decisiones y en los caminos que sigues. Estoy agradecido con Dios, la vida, el destino o como le quieras llamar, porque hay mucha gente que conozco o con la que me he cruzado en el camino que ha chambeado muy fuerte, pero no lo ha logrado. Pude haber sido uno de ellos y aquí estoy”.
Brandon peleará el 8 de julio en Las Vegas para defender el cinturón Peso Mosca frente al brasileño Alexandre Pantoja. “La satisfacción de una victoria es indescriptible. Escuchar a toda la gente coreando tu nombre y caminar a los vestidores en medio de un público que grita… es algo que nunca cambiaría”, remata el campeón.
Yair “El Pantera” Rodríguez: Caer y levantarse
El furor de la gente, los consejos de su entrenador, los niveles de adrenalina en aumento, las emociones agolpándose en el pecho… Y luego, salir por el túnel, ver el octágono y respirar profundamente. Esto es lo que Yair recuerda de su primera pelea. Era el año 2011 y recién había cumplido 19 años. “Mi entrenador me dijo: ‘no hay falla. Prepárate, porque el lugar estará a reventar y tendrás a 24 mil personas gritando’. Cuando iba saliendo, los empecé a escuchar y fue algo increíble, inolvidable”, rememora “El Pantera”. Aquella noche, el triunfo fue suyo: su primera victoria en la Mexican Fighter Promotions 8, por decisión unánime.
Nacido en Parral, Chihuahua, la carrera de Yair Rodríguez en las artes marciales comenzó a los cinco años. Sus maestros le recomendaron a sus padres que su pequeño practicara taekwondo, o algún deporte similar, como alternativa para que “liberara” su energía. A esto debemos sumar la propia historia familiar: su primo, Misael Rodríguez, es un destacado boxeador mexicano que ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. La convergencia de ambos factores, sin duda, determinaron su futuro.
Sin embargo, como en muchas historias deportivas y de superación, el camino no ha sido sencillo. En primer lugar, por todos los sacrificios que el peleador ha hecho a lo largo de los años. “Además de las lesiones, los golpes en tu cuerpo y el tema económico, uno de los grandes sacrificios es el tiempo. Son muchos instantes que estás lejos de tu familia, de tus amigos y seres queridos... los cumpleaños que te pierdes, los nacimientos, las muertes. Es algo que muy poquita gente puede entender”.
Otro obstáculo a vencer ha sido la autocrítica y la autoexigencia. En 2012, Yair sufrió su primera derrota profesional dentro de las artes marciales mixtas. El sentimiento de fracaso y frustración fue tan fuerte que por su mente cruzó la idea de abandonar todo: “Fue tan duro para mi familia y para mí, que prometí no volver a perder nunca. Hice este juramento y fui muy severo conmigo mismo, a tal grado, que si volvía a ocurrir me retiraría del deporte”. Frankie Edgar se convirtió en su verdugo unos meses más tarde y, fiel a su palabra, el chihuahuense se retiró de la escena. “Estuve fuera cerca de dos años. Durante este lapso, tuve que luchar contra mí mismo”, confiesa “El Pantera”, dando a entender que, en muchas ocasiones, el principal enemigo está dentro de uno.
Caer y levantarse. A pesar del desconcierto y la desilusión, otro juramento hecho a sus padres retumbó con fuerza en su mente: convertirse en campeón mundial. Fue entonces que los astros se alinearon y la oportunidad de regresar al octágono se dio. Sin pensarlo mucho, Yair aceptó el compromiso. A partir de esa reaparición, las victorias fueron cayendo, una tras otra, siempre impulsado no sólo por esa promesa personal sino también por toda una nación que representa. “Así como hay instantes complicados y de sacrificio, también están los logros personales y el orgullo que le das a un país; porque no solamente peleo por mí, también por México. Cuando estás representando a una nación, cambia todo… La neta, los mexicanos somos una raza que jala bien machín”, sentencia entre risas.
Amante de la música —“Me hubiera gustado ser cantante, de no haberme dedicado a esto”— y fiel admirador de Pepe Aguilar, Vicente Fernández, Antonio Aguilar, Javier Solís, Chavela Vargas y, recientemente, de Carin León y Natanael Cano, “El Pantera” está consciente de que las artes marciales mixtas aún carecen del apoyo que tienen otros deportes. No sólo de parte del público sino de las instituciones gubernamentales: “Entiendo que hay gente que no siente el gusto o no tiene tiempo para ver ciertos deportes. Se vale. Pero sí, en general, creo que el apoyo debería estar mejor repartido, no únicamente enfocado a algo que se ha visto por tantos años como el futbol. Hablando de la parte del Gobierno, ha habido poco apoyo en realidad, más bien, es hasta que logras algo cuando te voltean a ver. Soy una persona a la que no le gusta pedir nada de apoyo a las autoridades, pero sí hace falta mucho impulso”.
Hoy, los números de Yair Rodríguez hablan por sí solos: tiene seis victorias por nocaut, cuatro triunfos por sumisión, cinco finalizaciones en el primer round, ha ganado el bono de Pelea de la Noche en cinco ocasiones y ostenta cuatro títulos de Performance de la Noche. ¿Su récord? 16 victorias y tres derrotas. A sus 29 años, “El Pantera” es el Campeón Interino Peso Pluma de la UFC. “Sin quitarme méritos, obviamente, ha sido un trabajo arduo llegar hasta aquí, hasta este punto. Pero también soy consciente de que soy el Campeón Interino, no el Campeón Indiscutido”, confiesa.
Todo puede cambiar para “El Pantera” Rodríguez este 8 de julio, cuando enfrente al australiano Alexander Volkanovski por el Campeonato Lineal de Peso Pluma, como parte del cartel de la UFC 290, a celebrarse en Las Vegas. “En mi caso, la clave del éxito ha sido tomarlo con calma”, reflexiona el peleador, y revela que de encontrarse con ese pequeño de cinco años que comenzaba a probar suerte en las artes marciales, le aconsejaría que nunca se rinda: “Quizá no lo entiendas ahora, pero no te des por vencido. Mantén los pies sobre la Tierra. Atrévete a cometer errores y recuerda que no eres perfecto, nadie lo es. Así que disfruta y diviértete”.