Inflamación crónica: cómo puede ayudarte una dieta antiinflamatoria

Dieta
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La actividad inflamatoria del organismo es habitual cuando nos enfrentamos a ciertos procesos en los que las defensas realizan un esfuerzo extra, bien para protegernos de una infección o para reparar daños en el organismo. Para algunas personas, la inflamación se convierte en algo casi crónico debido a ciertas patologías o afecciones que les afectan.

La diabetes, la enfermedad de Crohn o una enfermedad coronaria pueden estar detrás de una inflamación crónica. Es la forma que encuentra el organismo de responder a una alteración en el sistema inmune, que a veces puede llegar a ser exagerada. Para combatir esto, además de una medicación propia, se hace fundamental adoptar una Dieta antiinflamatoria.

¿Qué es una dieta antiinflamatoria?

Una dieta antiinflamatoria es un programa nutricional diseñado para disminuir la inflamación que se produce en el organismo. Es una dieta beneficiosa para multitud de procesos patológicos, como el cáncer, el Alzheimer, enfermedades cardiovasculares o enfermedades de las articulaciones. El objetivo no es otro que contribuir a reducir la inflamación del organismo.

Para ello, la dieta antiinflamatoria apuesta por un alto contenido en alimentos antiinflamatorios, en ácidos esenciales omega 3 o en un contenido muy reducido de alimentos considerados pro-inflamatorios. De esta forma utilizamos la alimentación para, con su ayuda, reducir la molesta inflamación crónica del organismo derivada de cualquier afección o enfermedad.

Pautas para una dieta antiinflamatoria

Para conseguir un efecto antiinflamatorio en nuestra dieta, es necesario seguir una serie de pautas básicas:

Bajo índice glucémico

Una dieta antiinflamatoria debe eliminar los alimentos de alto índice glucémico, como pueden ser los zumos industriales, azúcar, harinas refinadas o refrescos. También hay que restringir el consumo de ciertos alimentos naturales, pero que también tienen un índice glucémico elevado, como las frutas muy dulces, la remolacha o la zanahoria cocida.

Grasas saludables

Hay que hacer lo posible por eliminar los aceites refinados (girasol, canola, lino…) y las grasas trans de la dieta, a la vez que aumentamos la ingesta degrasas saludables presentes en alimentos como los frutos secos, las semillas, el pescado azul, el aguacate, la mantequilla ecológica y de pasto y aceites como el de oliva virgen extra o el de coco.

Ingesta abundante de verduras

Para seguir una dieta antiinflamatoria es importante ingerir abundantes verduras y frutas que tengan un índice glucémico bajo o medio (brécol, coliflor, verduras de hoja, espárragos verdes…)  También hay que apostar por aquellas verduras que sean ricas en pigmentos que contengan una cantidad elevada de antioxidantes. En el ámbito de las frutas y las verduras incluimos también a los frutos secos. Todo de forma conjunta aporta las cantidades recomendadas de fibra para el organismo.

Utilizar cúrcuma

La cúrcuma ha demostrado ser una de las mejores especias para el consumo humano, puesto que contribuye a reducir la inflamación del organismo. Se recomienda su uso habitual en la dieta, acompañándola siempre que sea posible de pimienta para favorecer su absorción intestinal.

Más magnesio

La ingesta de magnesio en la dieta se asocia con un valor más bajo en sangre de uno de los marcadores de inflamación, como es la proteína C reactiva o PCR. Por tanto, hay que introducir en la dieta alimentos que aporten el magnesio suficiente a nuestro organismo, como la legumbre, los granos integrales, el cacao, las verduras de hoja verde o los frutos secos, entre otros.

Alimentos pro-inflamatorios a evitar

Además de seguir todas las pautas anteriores, también hay que eliminar o restringir en la dieta aquellos alimentos que se consideran pro-inflamatorios. Hablamos de alimentos como el pan blanco, el maíz, la cerveza, las galletas, la pasta refinada o las patatas fritas. También hay que limitar el consumo de productos ultraprocesados.

Reduciremos o eliminaremos el consumo de aceite de soja, girasol o lino, entre otros. También hay que tener cuidado con no pasarse con la ingesta de ciertas hortalizas, como las patatas o los pimientos, porque incluyen solanina, un compuesto que favorece la inflamación del organismo.

Como se puede apreciar, la dieta antiinflamatoria puede resultar de vital importancia para reducir los molestos síntomas de la inflamación en el organismo. Tan solo hay que seguir las recomendaciones de los expertos para elegir los alimentos más apropiados y reducir la ingesta de alimentos pro-inflamatorios para el organismo.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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