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Emocionante ‘Pasión según San Mateo’

Johann Sebastian Bach: La Pasión según San Mateo, BWV 244. Elisabeth Breuer, soprano; Anna Lucia Richter, mezzosoprano; Patrick Grahl, tenor / Evangelista; Thomas Hobbs, tenor; Matthew Brook, bajo / Jesus; Stephan Loges, bajo. RIAS Kammerchor Berlin. Akademie für Alte Musik Berlin. Director: Justin Doyle. Palau de la Música de Valencia, 10 de abril de 2025.
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Hace casi tres siglos, el 11 de abril de 1727, que era Viernes Santo, Johann Sebastian Bach estrenó en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig La Pasión según San Mateo. Se trata de uno de los oratorios más importantes de la historia de la música. Está concebido para orquesta y coro dobles, con solistas vocales e instrumentales, y, sin ser una ópera, está magistralmente escrito con una enorme tensión dramática, subrayada por una gran plasticidad musical. Parece que Bach la dirigió dos veces más, la última en 1736, en la versión que nos ha llegado, ya que el compositor introducía cambios para cada nueva interpretación.
La partitura durmió casi un siglo en silencio antes de que el 21 de marzo de 1829 el compositor Felix Mendelssohn Bartholdy dirigiera en Berlín una interpretación pública diez días antes del 144º aniversario del nacimiento de su autor. A partir de ese momento no solo este oratorio, sino toda la obra de Bach, que en su mayor parte había caído en el olvido, empezó a ser recuperada. Hoy en día La Pasión según San Mateo se suele interpretar en fechas próximas a la Semana Santa en todas las salas de concierto importantes del mundo. En algunos casos en su lugar se ofrece La Pasión según San Juan, la otra de las que escribió Bach que nos ha llegado, también una gran obra maestra, aunque de menor complejidad formal.
El Palau de la Música continúa la tradición que se interrumpió con el cierre por obras de 2019 a 2023, y acaba de presentar una muy brillante, profunda y detallista interpretación de la obra a cargo de la Akademie für Alte Musik de Berlín, fundada en 1982 y una de las más afamadas orquestas con instrumentos de época. Cantó el berlinés RIAS Kammerchor y dirigió Justin Doyle (Lancaster, 1975), que es titular de ese grupo coral desde 2017.
Doyle dispuso simétricamente en el escenario los dos coros frontalmente, con los dos órganos positivos para el bajo continuo delante de ellos. Las orquestas estaban encaradas entre sí en los laterales. El bajo que cantaba la parte de Jesús se situaba en medio de los dos coros y el Evangelista ante el coro 1, a la izquierda visto desde el público. Delante de ellos, solistas instrumentales y vocales. Muy afortunado el sistema que utiliza ahora el Palau de la Música para la proyección de los textos cantados en los muretes frontales de los fondos, que permite leerlos fácilmente
Doyle dirigió con movimientos muy bien articulados, expresivos y precisos, una interpretación de hondo dramatismo. El coro ofreció una rica paleta de matices, desde la grandiosidad de las intervenciones inicial y final, hasta las desabridas exclamaciones de las turbas pidiendo la crucifixión de Jesucristo, pasando por la delicadeza extrema de corales como en O Haupt voll Blut und Bunden (Oh, cabeza lacerada y herida).
De entre los solistas vocales, Patrick Grahl encarnó con solidez vocal y dramatismo el difícil papel del Evangelista, que lleva el peso de la narración y fue especialmente premiado con calurosos aplausos. Magnífico en las negaciones de Pedro y cuando la partitura describe el llanto en las palabras und weinete bitterlich (y lloró amargamente). El bajo Matthew Brook representó a Jesús con una voz de noble timbre.
Muy bien el cuarteto vocal, del que destacaría especialmente a la mezzo Anna Lucia Richer, con muy bella voz, que hizo una memorable interpretación del aria Können Tränen meiner Wangen nichts erlangen (Si las lágrimas de mis mejillas son impotentes). Memorable el bajo Stepahn Loges, que además cantaba el papel de Pilato, en el aria Kommt süsses Kreutz (Ven, dulce cruz), muy bien acompañada por Jan Freiheit a la viola da gamba.
Todos, solistas vocales e instrumentales, la doble orquesta y el doble coro, hicieron gala de dominio técnico y sensibilidad en una interpretación que emocionó y que despertó intensas ovaciones en el público que casi llenaba la Sala Iturbi del Palau de la Música.
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