COMUNIDAD VALENCIANA
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A bordo de una barca con los pescadores arruinados que buscan cadáveres en La Albufera: "Hemos encontrado muchas cosas que jamás se han visto por estas aguas"

Han pasado de pescar anguila y pasear turistas a buscar desaparecidos en el lago del Parque Natural

A bordo de la barca con los pescadores que buscan en la Albufera tras la DANAREDA SLAFTI (Imagen)
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Sigue la búsqueda de los desaparecidos durante la DANA en Valencia. Buena parte de los esfuerzos se centran en el litoral de la costa y en el Parque Natural de la Albufera, donde han acabado miles de toneladas de escombros arrastrados por las riadas de la semana pasada.

Además de los buzos, barcos, drones y georradares de la Guardia Civil y de la UME, en esta labor de rastreo también están participando los pescadores y barqueros del lago. Nadie mejor que ellos conoce la zona. La furia del agua también arrasó su fuente de ingresos. Sin anguila ni turistas, estos marineros de agua salobre decidieron salir a peinar parte de las 2.100 hectáreas de extensión de la Albufera.

Embarcamos en una nave de madera con Héctor Nogales, que hasta hace una semana se ganaba la vida sacando a pasear a los visitantes de El Palmar, pedanía de Valencia. «Ahora estamos totalmente parados y perdiendo dinero, pero estamos aguantando y ayudando a los equipos de búsqueda y rescate», reconoce.

Mientras nos adentramos entre cañas y barro, en el paisaje que describió Vicente Blasco Ibáñez de manera sublime, el barquero explica que nos encontramos en la parte más lejana de la desembocadura del Barranco del Poyo, el mismo que se desbordó para teñir de tragedia y fango a varias poblaciones. «Aquí es donde yo diría que hay más posibilidades de que se pueda encontrar algo», comenta Héctor mientras lleva el timón con el pie.

Nogales muestra varias fotos en las que se ve a guardias civiles a bordo de estas barcas de madera. «Ayer [por el martes] nos pidieron cuatro embarcaciones grandes y nos ofrecimos a llevarlos. En cada embarcación había varios buzos y agentes y un forense; hoy ya llevaban su propia lancha y ya no nos han pedido ningún favor».

Como repiten todos los pescadores y barqueros con los que nos topamos, ellos no han encontrado ningún cadáver. «Hemos encontrado varios coches en la mata de Silla, así como varios perros, que ya estaban hinchados, botellas de gas y muchas cosas más que jamás se han visto por estas aguas», afirma Héctor.

La teoría más extendida entre los lugareños es que las víctimas desaparecidas podrían encontrase «en el tapón» que se ha hecho en el último tramo del Barranco del Poyo. «Y el resto de cadáveres fueron arrastrados por la fuerza del agua hasta las diferentes desembocaduras». El pasado sábado se hallaron tres cuerpos sin vida en las playas de El Saler, Pinedo y Mareny Blau (Sueca), lo que reforzaría la segunda parte de la hipótesis. De hecho, por la playa de la Garrofera, al lado de la Gola de Pujol, por donde sale el agua de la Albufera, dos embarcaciones de la Guardia Civil inspeccionan exhaustivamente la orilla hasta poco antes de que irrumpa la noche.

Nuestro patrón nos mete por un curso angosto entre cañas. Se acerca a la proa, observa una zona que no ha sido revisada y agarra «la percha», el instrumento utilizado por barqueros y pescadores de la Albufera para ayudarse a entrar y salir de los embarcaderos. Hunde el palo hasta tocar el fango (la profundidad del lago oscila «entre el metro y el metro y medio, aunque ahora hay un poco más por la riada». Le basta con tocar el fondo para saber si hay algo atrapado entre las cañas y el fango. Ahí en concreto no hay nada. Un poco más allá, tampoco. Es hora de volver a tierra.

Nos recibe Amparo Aleixandre, secretaria general de la Comunidad de Pescadores El Palmar. Está preocupada. «Nos hemos volcado desde el principio en la zona cero y hemos ayudado a los equipos de emergencia y a la Guardia Civil a buscar en el lago», remarca antes de lanzar una particular llamada de auxilio: «La Albufera es como una esponja que ha ido recogiendo todos los residuos que han ido bajando por el Barranco del Poyo y hay que recuperarla».

Aleixandre detalla que la DANA coincidió con el inicio de la temporada de la anguila, el 1 de noviembre. Este pescado es el tesoro para los que faenan, un botín al que no se va a poder acceder. «El ayuntamiento de Valencia, la Universidad Politécnica y la Universidad de Valencia ya han hecho análisis del agua. Los resultados no han sido publicados, pero sabemos que la Albufera está con mucho lodo y que todo lo que ha bajado son aguas fluviales y fecales, por lo que el agua no está en condiciones para la pesca para consumo humano y por eso hemos paralizado».

Amparo dice que las generaciones pasadas les enseñaron que en los años posteriores a una riada bajó la cantidad de especies piscícolas del lago. «Y eso es lo que esperamos, una catástrofe. Necesitamos que empiece cuanto antes la recuperación de la Albufera porque hay familias que viven sólo de la pesca, al igual que los que se dedican al turismo».

El Palmar tiene menos de 800 habitantes, casi todos dedicados al arroz, a la hostelería (por ser uno de los templos de la paella) y a la pesca. Hoy los restaurantes están prácticamente vacíos, los campos sufren daños considerables y la pesca es inexistente. Los vecinos se consuelan por haber sobrevivido a la tragedia en su isla. El fatídico martes, la Albufera absorbió y expulsó el agua al mar justo cuando ésta se asomaba ya por las orillas de esta pequeña pedanía. El lago salvó el pueblo y el pueblo quiere salvar ahora el lago.